
Sobre las creadoras
Madre e hija. La primera es una enamorada de la alta costura, la moda y de crear piezas que quiten el aliento. La segunda es una apasionada de la sustentabilidad y llevar un estilo de vida responsable con las personas y el medio ambiente. Nos juntamos en este proyecto para ofrecer lo que queremos para nosotras: ropa hermosa que no nos haga sentir culpable al utilizar.

Adriana Marí. Vengo de una familia que cuida y valora mucho las cosas. Cuando vivía con mis padres casi nada se botaba, todo lo reparábamos y solo comprábamos cosas nuevas cuando era estrictamente necesario.
Cuando empecé a trabajar y ser independiente empecé a comprar de manera impulsiva y dejé de verle el valor a las piezas que utilizaba. La verdad ni siquiera tenía un estilo definido, compraba cosas que luego nunca utilizaba. Años más tarde me doy cuenta que ir de compras era una manera de justificar mis horas trabajando en algo que no me hacía feliz.
Metanoia Armario nace en una época de reinvención de mi vida, donde estoy transformándome como ser humano y, aunque pueda sonar banal, también estoy definiendo mi estilo y relación con la moda.
Además, Metanoia Armario es el producto de querer aportar un grano de arena en términos de sostenibilidad y causas sociales, particularmente en la industria de la moda luego de conocer la cruda realidad detrás de las marcas de ropa que compramos.
Aunque todavía nos falta avanzar MUCHÍSIMO en términos de sostenibilidad en el mundo, y sobre todo en Latinoamérica, decidí que valía la pena intentarlo y que es mejor una acción imperfecta que la imperfecta inacción.
Nitza Espejo de Marí.
Mi inquietud por la moda nace en un primer momento porque me encantaba usar ropa bien confeccionada pero no siempre era posible por el costo. Ello me motivó a estudiar Alta Costura que, luego de concluirla, me sirvió para en mi tiempo libre hacer piezas hermosas para la familia.
En una de mis visitas a mi hija en Bogotá, me propone hacer prendas con la misma calidad con criterio amigable con el ambiente y con remuneración justa a las personas que ayudan en la confección de dichas prendas.
Lo primero ha sido difícil porque en Colombia no hay opciones de telas sostenibles que funcionen para el tipo de prendas que confeccionamos, pero nuestra misión todos los días es conseguirlas. Mientras tanto nos enfocamos en asegurar que cada pieza sea impecable, hecha con mucho amor, que el proceso de confección tenga el mínimo desperdicio posible y que apoyemos a mujeres de comunidades vulnerables.
